sábado, 16 de febrero de 2019

El comienzo



Os encontrabais en la ciudad de Azgar, situada en la isla de Taimen. Esta isla era muy conocida pues, se encontraba también en ella la ciudad Vestigio. 
La ciudad Vestigio era la ciudad en la que se reunían los lideres de las diferentes facciones a discutir temas importantes. Ultimamente, el parlamento, está en desuso debido a la desaparición de Imera y la muerte de Vesthion. 


Diferentes circunstancias hicieron que el destino os juntara a todos en Azgar. Allí decidisteis uniros a uno de los navíos de la facción de Mesto. 

Conocisteis a vuestro nuevo Capitán, Elrick. Él os reclutó y os comunicó que estaba allí debido a una misión importante, encomendada por el mismísimo Mesto. Os dio poca información sobre la misión, sólo os dijo que saldríais a la mañana siguiente. 
Elrick, además, os dio dinero para que pudierais comprar aquello que necesitarais para la misión y para descansar en la posada de la ciudad.
Mientras estabais en la ciudad, visteis como una chica salía corriendo desde la Iglesia hasta una de las casas. 

Leolin siguió a la mujer y llamó a la puerta de la casa. Un niño abrió y le preguntó que quería. Leolin, le comentó que había visto a una mujer llorando y corriendo para dentro de la casa. El niño le dijo que se trataba de su hermana. Leolin mostró su preocupación, a lo que el niño le contestó que, su hermana ya se encontraba mejor y que no debía preocuparse.

El resto del grupo se dirigió a la iglesia para comprobar que había pasado, a pesar de las constantes advertencias de Ramón de su inseguridad ante aquella idea. Encontrasteis un gran revuelo en la iglesia, había mucha gente conglomerada. De alguna manera, conseguisteis entrar en la iglesia, Leolin por su parte, se las arreglo para volver a unirse al grupo. 
En la Iglesia, había un hombre con ropas de sacerdote que yacía muerto en el suelo. Un puñal sobresalía de su espalda. Había unos pocos guardias manejando la situación además de vuestro Capitán que hablaba con una persona.

Caronte se dirigió a Elrick para preguntarle sobre la situación. Él se mostró algo molesto de que le interrumpieran, contestó que se trataba del sacerdote de la ciudad, que resultaba que le habían matado recientemente. Estaba hablando con el alcalde sobre los hechos. El capitán se disculpó con Caronte para poder seguir hablando con el Alcalde. 
Caronte inspeccionó el cuerpo. La daga que tenía clavada el cadáver tenía el símbolo de la Diosa Neliam. Después de este descubrimiento, preguntó al Alcalde si podía ayudar en el caso. El alcalde parecía agradecido por el ofrecimiento de Caronte. Este aprovecho para preguntarle si podía llevarse la daga para investigar. El alcalde se mostró reticente en un principio pero, al final accedió.

Gengar y Abaddon fueron a la parte comerciante de la ciudad. En la cual se encontraron a una herbolaria que les timo cuando vendió su mercancía: ungüento y vendas. Luego, Gengar y Abaddon compraron una poción y un libro de magia en otro puesto cerca de allí.

El del puesto, le dijo a Gengar que los magos estaban mal vistos en aquella ciudad y que tuviera cuidado. 

El resto del grupo mientras Abaddon y Gengar compraban en la zona comercial, se dirigieron a la herrería. Allí conocieron a Jimbo, el único herrero de la ciudad. Aprovecharon que estaban allí para conseguir armas varias. Al no tener arcos, mandó a Gerde a un sitio de la zona urbana donde aseguraba que encontraría a un carpintero que le vendería la mercancía que buscaba, Ramón siguió a Gerde para ver si podía conseguir madera. 

Caronte le mostró la daga a Jimbo, este la reconoció y aseguró que se trataba de una de las que había fabricado él. Sólo que, antes no poseía ese símbolo sagrado. Le desapareció dos días atrás, cuando robaron en el establecimiento. Le pidió a Caronte si podía devolverle su daga, a lo que este respondió que era la única pista que tenía de un asesinato ocurrido en la iglesia y que se la devolvería al sacerdote de la ciudad una vez acabase de investigar.

De una de las puertas dentro del establecimiento, apareció un niño. Leolin le reconoció como el chico que le abrió la puerta al preguntar por la chica que corría. El chico resultó ser además el hijo del herrero. Caronte, preguntó entonces si podía ver a la chica, el chico acompaño a Caronte mientras el grupo seguía con sus compras. Él interrogó a la chica, después de ver un colgante que llevaba. Se trataba de un anillo de compromiso, la chica estaba prometida con el sacerdote que acababa de morir. Se iban a casar en una semana. Caronte la pregunto si sabía quien podría haberlo hecho. Ella le contestó que su prometido era alguien muy bueno pero, igual, que había una herbolaria en la ciudad que parecía tener diferentes creencias. La chica le pidió que si pudiera, hiciera justicia. 
El chico y Caronte volvieron con el herrero, y el chico mostró su interés en ir con ellos pero, el padre no le dejó. 

Jimbo les dijo que les invitaba a todos a una cerveza que les había caído bien. Cuando se reunieron, todos bebieron con el herrero y, él compartió la historia de como su mujer murió pero, que aunque la echaba de menos, se las había apañado para pasar página. Todos bebieron y brindaron. 

Al terminar la velada fueron a la posada y tras discutir el precio y el tamaño de las habitaciones, decidieron que todos dormirían en una habitación grande. 

Caronte antes de ir a la habitación, trató de volver a la iglesia para hablar con el Sacerdote, por el camino, encontró a Elrick, el cual le dijo que la iglesia ya estaba cerrada y que, no estaba ya el Sacerdote por allí. Caronte, le comentó sus descubrimientos. El capitán estaba gratamente sorprendido de que consiguieseis tanta información y se involucrase tanto en el caso. Él compartió también la información que había reunido. Al parecer el sacerdote había recibido amenazas de la herbolaria, y esta, no hacía mucho que estaba por la ciudad. 

Caronte volvió con el grupo. 

Gerde recibió una carta que le entregó la posadera. La leyó antes de dormirse. 

Al día siguiente, el grupo salió en dirección a su nueva misión la cual consistía ir a limpiar  de monstruos un sitio, el cual habían empezado a ocurrir sucesos extraños.

Al rato, Elrick ofreció al grupo que descansaran y saco un poco de comida que compartir con el resto. En medio del claro, se acercaron unas bestias negras con 3 ojos verdes. Estas bestias, con un tamaño entre un zorro y un lobo, parecían olfatear curiosos. 


Una cría más valiente o más ingenua de estos animales, se sentó en medio del grupo. En cuanto esto ocurrió, los otros 4 se pusieron a gruñir al grupo. 

Gengar y Leolin tomaron la iniciativa y durmieron exitosamente con sus hechizos a las 4 bestias que parecían dispuesta a atacar. 

El grupo contempló entonces con asombro como la cría empezó a devorar los cuerpos de las bestias dormidas.